VEINTICUATRO HORAS DE LA VIDA DE UNA MUJER
Veinticuatro horas alcanzan para que una vida monótona cambie para siempre. Abandonar una familia, perseguir la pasión, enamorarse como si fuera la primera vez. Como un prisma maravilloso, cada lector y lectora que se asoma a esta novela puede ver distintas formas y razones para hacer estallar una vida en mil pedazos, en mil miradas.
El sistema judicial estatal seguramente decide sobre estas cosas con mayor rigor que yo; tiene la obligación de proteger sin piedad las costumbres y convenciones universales: eso lo obliga a condenar en lugar de perdonar. Personalmente, me genera más placer entender a las personas que juzgarlas.

EPIFANÍA EN EL DESIERTO
DIBUJOS DE HIROSHIMA
TÚ
SIRA
SÓLO NECESITO UN GATO
POBRES DIABLOS
NUNCA JAMÁS
NOCHES BLANCAS
MI PERRO Y YO
MUJERES DEL ALMA MÍA
CARTA DE UNA DESCONOCIDA
IMPACIENCIA DEL CORAZÓN 

