LA MUJER INFINITA
Tina Modotti inmortalizada por Edward Weston. Un rostro plácido, o quizá lleno de angustia, ocupaba por completo el marco. Las manos sobre el mentón, sosteniendo las mejillas, y una boca de labios carnosos a punto de decir algo delicado, un secreto nunca antes compartido. El cabello abierto en dos aguas, separadas por una partidura amplia como un canal.

EPIFANÍA EN EL DESIERTO
DIBUJOS DE HIROSHIMA
TÚ
SIRA
SÓLO NECESITO UN GATO
POBRES DIABLOS
NUNCA JAMÁS
NOCHES BLANCAS
MI PERRO Y YO
MUJERES DEL ALMA MÍA 

