LA CAVERNA ESE MOVIMIENTO PERPETUO
Poco se cree que los poetas sean felices. Nos quedamos con la imagen de Hölderling encerrado en su torre, o de Rimbaud oscilando en su delirio autodestructivo, o de ciertos atormentados buscando, en las tinieblas de la naturaleza o de la bohemia, una esquina del sentido. Sin embargo, debemos a esos visionarios una cuota importante de la dicha que nos brinda la contracara del acto creativo, es decir, la lectura.

TRES HEBRAS ROJAS
MISIÓN CIRCULAR
EN EL LUGAR DE LA MANO EL ÍMPETU DE UN RÍO
LA MAGIA DE LOS DÍAS
EN EL HORIZONTE SE DIBUJA UN BARCO
ESPIRAL DE HUMO EN LO INFINITO
ENTRE MAR Y CORDILLERA
LA LUZ CAE VERTICAL – Poesía Mapuche
GEDICHTE POESÍAS
YA NO DOY MÁS 

