PADRE E HIJOS
No creo que entendamos cabalmente ni a nuestros padres ni a nuestros hijos. De hecho, estas personas –las más cercanas que pueda imaginarse– son el espejo diferido en el que tratamos de escrutar nuestra propia imagen. .
No creo que entendamos cabalmente ni a nuestros padres ni a nuestros hijos. De hecho, estas personas –las más cercanas que pueda imaginarse– son el espejo diferido en el que tratamos de escrutar nuestra propia imagen. .
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